LA ESCUELA EN AMERICA LATINA Y SUS PRÁCTICAS ACTUALES
La escuela en América latina con sus prácticas debe expulsar de sus aulas, actitudes y sentimientos retraídos, pesimismos y fracasados, las mediocridades y las inexperiencias, los acalladores e invisibilizadores, los que propugnan cambios en la retórica y en la demagogia, los propulsores de políticas neoliberales y los antiglobalizadores, los chauvinistas y los aculturados, los transformacionistas y escencialistas idólatras de conceptos absurdos, los paramédicos que piensan curar el mal de la desgracia postcolonial con sus políticas farsas, los que miran superficialmente la problemática de un país, a esos bulliciosos parlamentarios que no hacen mas que dormirse en el parlamento sin poder respirar hacia un cambio y mejor futuro de sus pueblos.
“La escuela visionada en Latinoamérica, es un centro de operaciones mentales, un lugar de laboratorio, de ciencia y tecnología, un espacio donde el niño es centro del proceso de aprendizaje, un paraíso de practicas morales y cívicas, un mundo donde se puede leer la verdad, lugar de inspiración, de meditación, de formulación y construcción de teorías, espacio donde se recrea la cultura ancestral, lugar donde se traspira aliento y amor a la naturaleza, entonces hablamos de la escuela liberadora y útil para la época del hombre, que a cada paso moldea y perfila un tipo de hombre y sociedad que tanto habíamos soñado”.
Devey asegura que la filosofía para niños es parte fundamental de nuestra vida cotidiana, es la práctica continua de nuestros pensamientos reflexivos.
Lo cotidiana debe ser fortalecido en la escuela, en un ambiente de sanas intenciones, de benéfico esparcimiento, de un respirar de aire libre y la libertad de pensamiento, allí docentes y alumnos deben convivir en estrecha armonía con plena seguridad de adquisición de nuevas experiencias legítimas que les sirva en el resto de sus días cotidianos.
A través de le educación la sociedad puede formular sus propios propósitos, puede organizar sus propios medios y recursos y dar claramente hacia donde quiere moverse. Es la sociedad la que determina que tipo de hombre forma, o es el hombre que construye el tipo de sociedad al que aspira; entonces es la dualidad que convive en ese mundo.
La educación como proceso de cambio implica incorporar los elementos significativos de la historia pasada en el momento presente. No existe proceso de desarrollo sin la revisión o revitalización cultural, las grandes culturas como la china, la japonesa o la anglosajona moderna, revisaron su pasado histórico, su ciencia y la tecnología, para luego redefinir en mejores condiciones y miradas.
El tipo de interacción entre el individuo y la sociedad determina la calidad de la experiencia, es la sociedad la que determina absolutamente el destino de su mundo, entonces cabe la necesidad de incorporar en la educación los principios morales como temas trasversales.
Toda experiencia educativa exitosa o deseada debe establecer conexiones que fortalezcan su carácter de continuidad de la cultura, la educación es el instrumento que nos facilita la extensión de nuestra cultura recreada en nuevas dimensiones. Sabemos exactamente que los saberes ancestrales son sagrados, dignos de seguir repitiendo, con pocos errores, como el pago a sus dioses con sangre humana.
Una educación debe tener una dirección clara, un horizonte, una aspiración - dirección de crecimiento, es decir facilita o propicia el desarrollo de la vida
Los modelos educativos acertados son los que despiertan curiosidad por el desconocido, ambición por el mejoramiento individual y social.
“La escuela es el centro que propicia la investigación, es el lugar de pistas por el mundo desconocido, en esa casa nueva “YACHAYWASI” cada maestro o docente es el Platón en la academia de Atenas, no es más que Jesucristo sabio e inmortal compartiendo la verdad y la justicia; es el Beethoven componiendo la sinfonía filarmónico; es el sabio don Antonio Raimondi amando a la naturaleza y a la vida; es el mismo Humboldt conociendo lo desconocido; es el Inca reproduciendo la cultura de generación en generación; es el mismísimo Napoleón que conquista mundos y espíritus. No es el Judas que arremete mano y luego esconde, no es el César Augusto que piensa ser dios sin ser dios, no son los Bárbaros Atila que empuñan el puñal y clavan en el pecho de Cesar Augusto, no es el Montesinos que se enriquece de la codicia y la astucia”.
Finalmente la escuela es el sitio donde se reproduce la comunidad natural, donde se reconstruye la sociedad, es la institucionalización del intermundo, lugar donde se construye la taxonomía de la cultura, hogar de investigación y de cuestionamiento de lo perfecto y lo imperfectible, hogar donde los sabios son menos sabios y los menos versados son más eruditos,
La escuela en América latina con sus prácticas debe expulsar de sus aulas, actitudes y sentimientos retraídos, pesimismos y fracasados, las mediocridades y las inexperiencias, los acalladores e invisibilizadores, los que propugnan cambios en la retórica y en la demagogia, los propulsores de políticas neoliberales y los antiglobalizadores, los chauvinistas y los aculturados, los transformacionistas y escencialistas idólatras de conceptos absurdos, los paramédicos que piensan curar el mal de la desgracia postcolonial con sus políticas farsas, los que miran superficialmente la problemática de un país, a esos bulliciosos parlamentarios que no hacen mas que dormirse en el parlamento sin poder respirar hacia un cambio y mejor futuro de sus pueblos.
“La escuela visionada en Latinoamérica, es un centro de operaciones mentales, un lugar de laboratorio, de ciencia y tecnología, un espacio donde el niño es centro del proceso de aprendizaje, un paraíso de practicas morales y cívicas, un mundo donde se puede leer la verdad, lugar de inspiración, de meditación, de formulación y construcción de teorías, espacio donde se recrea la cultura ancestral, lugar donde se traspira aliento y amor a la naturaleza, entonces hablamos de la escuela liberadora y útil para la época del hombre, que a cada paso moldea y perfila un tipo de hombre y sociedad que tanto habíamos soñado”.
Devey asegura que la filosofía para niños es parte fundamental de nuestra vida cotidiana, es la práctica continua de nuestros pensamientos reflexivos.
Lo cotidiana debe ser fortalecido en la escuela, en un ambiente de sanas intenciones, de benéfico esparcimiento, de un respirar de aire libre y la libertad de pensamiento, allí docentes y alumnos deben convivir en estrecha armonía con plena seguridad de adquisición de nuevas experiencias legítimas que les sirva en el resto de sus días cotidianos.
A través de le educación la sociedad puede formular sus propios propósitos, puede organizar sus propios medios y recursos y dar claramente hacia donde quiere moverse. Es la sociedad la que determina que tipo de hombre forma, o es el hombre que construye el tipo de sociedad al que aspira; entonces es la dualidad que convive en ese mundo.
La educación como proceso de cambio implica incorporar los elementos significativos de la historia pasada en el momento presente. No existe proceso de desarrollo sin la revisión o revitalización cultural, las grandes culturas como la china, la japonesa o la anglosajona moderna, revisaron su pasado histórico, su ciencia y la tecnología, para luego redefinir en mejores condiciones y miradas.
El tipo de interacción entre el individuo y la sociedad determina la calidad de la experiencia, es la sociedad la que determina absolutamente el destino de su mundo, entonces cabe la necesidad de incorporar en la educación los principios morales como temas trasversales.
Toda experiencia educativa exitosa o deseada debe establecer conexiones que fortalezcan su carácter de continuidad de la cultura, la educación es el instrumento que nos facilita la extensión de nuestra cultura recreada en nuevas dimensiones. Sabemos exactamente que los saberes ancestrales son sagrados, dignos de seguir repitiendo, con pocos errores, como el pago a sus dioses con sangre humana.
Una educación debe tener una dirección clara, un horizonte, una aspiración - dirección de crecimiento, es decir facilita o propicia el desarrollo de la vida
Los modelos educativos acertados son los que despiertan curiosidad por el desconocido, ambición por el mejoramiento individual y social.
“La escuela es el centro que propicia la investigación, es el lugar de pistas por el mundo desconocido, en esa casa nueva “YACHAYWASI” cada maestro o docente es el Platón en la academia de Atenas, no es más que Jesucristo sabio e inmortal compartiendo la verdad y la justicia; es el Beethoven componiendo la sinfonía filarmónico; es el sabio don Antonio Raimondi amando a la naturaleza y a la vida; es el mismo Humboldt conociendo lo desconocido; es el Inca reproduciendo la cultura de generación en generación; es el mismísimo Napoleón que conquista mundos y espíritus. No es el Judas que arremete mano y luego esconde, no es el César Augusto que piensa ser dios sin ser dios, no son los Bárbaros Atila que empuñan el puñal y clavan en el pecho de Cesar Augusto, no es el Montesinos que se enriquece de la codicia y la astucia”.
Finalmente la escuela es el sitio donde se reproduce la comunidad natural, donde se reconstruye la sociedad, es la institucionalización del intermundo, lugar donde se construye la taxonomía de la cultura, hogar de investigación y de cuestionamiento de lo perfecto y lo imperfectible, hogar donde los sabios son menos sabios y los menos versados son más eruditos,
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