El miedo sembrado por los conquistadores aún perviven en el inconciente colectivo e individual de los indígenas, quienes fuimos objeto de humillación, muchos años de sumisión.
Cuando uno recuerda sus años de vivencia, sobre todo la infancia y la adolescencia, recordamos el constante miedo a toda persona extraña con traje que no es nuestro, a la policía, a la escuela, estas secuelas de la deshumanización aún queda en el imaginario del hombre andino, amazónico y difícil de superar.
“A la república le tocaba elevar la condición del indio. Y contrariando este deber, la república ha pauperizado al indio, ha agravado su depresión y ha exasperado su miseria”[1].
Pues la escuela fue la institución que más humilló al campesino durante la república, largos años de castellanización, de introducción de otras formas de vida “La memorización”, estos tenebrosazos hechos nos deben activar para replantear en metodología y estrategia didáctica, nuevas formas de pensar y de ver concebir el desarrollo cognitivo del niño, de acuerdo a su cosmovisión y complejidad.
Acaso no es cierto que, los niños y niñas son curiosos y tienen muchas preguntas desde que abren sus ojitos al mundo e inician su crear humanizados en redes de conversaciones.
“Si veis en la escuela niños quietos, callados, que ni ríen ni alborotan, es que están muertos: enterradlos”[2]
Los niños aprenden a convivir de manera dialogante hablando con sus juguetes, ¿acaso no es casual observar a los niños campesinos en medio del barro, tierra, pretendiendo trasformar de ese barro un nuevo mundo?, ¿o es por falta de juguetes estructurados?, Entonces su mundo PROXIMO TENDRA QUE AYUDARLES a cuidar una sensibilidad social, moral y proyectiva que les permita pensar distinto del otro y como el otro.
Niñas y niños no son cabezas por llenar sino seres con ganas de jugar, de aprender, de soñar, de amar y de vivir, ellos y ellas merecen una escuela amable, comprensible y amigable que sean personas creadoras protagonistas y transformadoras.
Un alguien enseña desde lo que sabe o supone que sabe a un auditorio de niños y niñas escuchantes, estas prácticas pedagógicas exigen abandonar clásicas rutinas escolares y tener curiosidad para analizar prácticas docentes actuales que no están dando resultados.
“Suprimid el estrado y la cátedra del maestro, barrera de hielo que lo aísla y hace imposible toda intimidad con el discípulo (…) romped esa enorme masa de alumnos por necesidad constreñida a oír pasivamente una lección.[3]
Se necesita un aprendizaje en una atmósfera nutricia que proteja su aprender y crear en una narración dialógica.
Los niños y niñas son seres humanos sociales que necesitan aprender a trabajar colectiva y cooperativamente a compartir conocimientos a conversar sus saberes.
Si los seres humanos han estado por muchísimos años pensando y amando, conversando y creando por millones de años ¿Entonces por que no volvería a disfrutarlo en estos tiempos que vivimos?
La creación es otro elemento imprescindible para la formulación de propuestas educativas, la creación como acto social, es una obra colectiva, entonces no es otra cosa que emprender acciones de medida de manera conjunta, coalicionada y pactada.
“La creación, para Vigotski, no es más que un catastrófico y doloroso parto, consecuencia de una larga gestación”
El proceso de crear es similar a la crianza de un ser; durante el embarazado mental una idea va adquiriendo forma y vida, para que en el momento del parto nazca sana”
Las personas creadoras son sabias no se despistan en el desconcierto; caminan en el caos creando posibles opciones y caminos de lo desconocido a conocer, no se autodestruyen fácilmente en la rutina.
Los niños de encaminar con sus propios pies aprenderán en la vida, formas y maneras de buscar caminos al andar, no se extraviarán fácilmente en la opacidad y en la oscilación de la desgracia, anticipadamente sabrán defenderse de la maldad, no tardarán en elegir el buen camino, siempre estarán a la vanguardia de la lucha contra la adversidad, entonces es el hombre de éxito, glorioso, triunfador y llena de satisfacción.
En cambio, el niño que siempre creció pendiente de alguien, los sobreprotegidos, entonces se extraviarán fácilmente en el camino mas corto, cada logro le será un desengaño, cada momento de su vida lo tomará como la desgracia mas grande del mundo, en su mente se podrá observar lo injusto, descontentos, dudas, envidia, impotencia y maldad, entonces es el prototipo del hombre fracasado que siempre vivió quejándose como una niña el resto de sus días.
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